No sé si te ha pasado, pero como somos muchos los que coincidimos en este aspecto cuando una vez dentro del mundo liberal comentamos esas primeras veces e impresiones, hoy quiero hablar de ello.
Por fin te has decidido a ir a un club liberal, sea solo o en pareja, estás armado de valor y, de repente, ¡pum! comienzas a cuestionarte si encajarás. Has visto películas y leído libros, pero todavía no has hablado con nadie que tenga experiencia y pueda contarte la realidad que existe tras las puertas de un club. Por ello, crees que solo habrá gente guapa, glamurosa, adinerada, con cuerpos normativos y sin complejos. Déjame decirte que estás equivocado.
A un simple golpe de vista en cualquier club liberal encontrarás de todo, y ahí está la magia. Diferentes edades, diferentes gustos, diferentes cuerpos. Personas altas, bajas, delgadas, gruesas, rubias, morenas, pelirrojas… que, a pesar de ser distintas, tienen algo en común, algo que las va uniendo cuando comienzan a frecuentar el mundo liberal: no hay prejuicios. Cada uno viste como desea, como si no quiere ir vestido, o le apetece lencería, o unos vaqueros y una blusa. Cada quién es como es y hace lo que le da la gana. Y lo real es haber de todo para todo, para que encajemos en gustos y afinidad.
Así que si alguna vez te has planteado que no encajas, déjame decirte que lo haces perfectamente y que te sentirás genial con ello.
¡Que no te frenen las inseguridades!
